A las 23:35, Susana Paredes no aguantó más y exclamó: “Gracias a Dios es viernes”. Luego se lanzó a bailar a la pista con sus amigas. La noche parecía de los ochenta cuando las niñas –de 10 a 14 años– no meneaban sus caderas al son del reggaetón pero eran fans hasta la histeria de bandas como Los Chamos y Los Chicos y más aún del grupo Menudo de Puerto Rico.
El viernes en la fiesta retro de la discoteca Fizz, un público, en su gran mayoría mujeres de 30 años y más, voló al pasado cuando volvió a escuchar, bailar y ver en pantallas gigantes a Menudo cantar: “A volar, vamos a volar/La aventura ha comenzado/No se sabe qué va a pasar/La vida es todo un ritmo/En esta discoteca no se puede parar”. De eso se trataba, de bailar sin parar.
Uno detrás de otro los éxitos ochenteros despertaron el entusiasmo de los que acudieron a esta fiesta tipo convivencia a codearse con sus ídolos que aunque no iban a cantar eran los principales invitados: Gabriel Fernández y Walter Márquez, de Los Chamos; Giro López, único representante de Los Chicos; y especialmente: Charlie Massó, Ray Reyes y René Farrait, de Menudo.
La noche pasaba y las fans indagaban: ¿Ya llegaron? ¿A qué hora vienen? Unas de las más ansiosas fueron Viviana Sánchez, Menni Ronquillo y Marjorie Castro, que llegaron con antiguos afiches y discos long plays de Menudo para hacerlos firmar. “De peladitas éramos del club de fans de Menudo y hoy no podíamos perder la oportunidad de estar cerca de ellos”, dijo Viviana.
Pero el DJ también programó temas de Michael Jackson, Madonna, Los Prisioneros, etcétera, que todos bailaron recordando pasos y coreografías.
Un poco más allá de la medianoche, los invitados más esperados llegaron con gran alboroto. Se alojaron en el área vip de Fizz. Uno a uno fueron presentados y saludaron al público prometiendo una noche de reencuentro. Las fans que estaban abajo, en la pista, gritaron y saltaron con la misma histeria de antes. Los llamaron por sus nombres, les exigieron que descendieran para abrazarlos, besarlos o para la foto del recuerdo con la cámara del celular. Pidieron que estamparan sus autógrafos sobre afiches y discos que guardarán como trofeos.
No todos bajaron a codearse con sus más aguerridas fanáticas. Pero cuando lo hicieron Charlie y Ray, de Menudo, y El Chamo Gabriel, hombres y mujeres no perdieron la oportunidad de fotografiarse con ellos.
Todo ese tira y jala mientras en el escenario la banda boricua Lunátiko 80 interpretaba piezas de rock y pop de The Police, The Cure, Hombre G, Soda Stereo. Más tarde, el DJ abrió las puertas del manicomio ochentero e hizo sonar a Menudo con su más famosa propuesta: “Súbete a mi moto,/Nunca has conocido/Un amor tan veloz./Súbete a mi moto,/Ella guardará/El secreto de dos/De los dos”. Lo de la discoteca Fizz fue un alegre viaje al pasado.
El viernes en la fiesta retro de la discoteca Fizz, un público, en su gran mayoría mujeres de 30 años y más, voló al pasado cuando volvió a escuchar, bailar y ver en pantallas gigantes a Menudo cantar: “A volar, vamos a volar/La aventura ha comenzado/No se sabe qué va a pasar/La vida es todo un ritmo/En esta discoteca no se puede parar”. De eso se trataba, de bailar sin parar.
Uno detrás de otro los éxitos ochenteros despertaron el entusiasmo de los que acudieron a esta fiesta tipo convivencia a codearse con sus ídolos que aunque no iban a cantar eran los principales invitados: Gabriel Fernández y Walter Márquez, de Los Chamos; Giro López, único representante de Los Chicos; y especialmente: Charlie Massó, Ray Reyes y René Farrait, de Menudo.
La noche pasaba y las fans indagaban: ¿Ya llegaron? ¿A qué hora vienen? Unas de las más ansiosas fueron Viviana Sánchez, Menni Ronquillo y Marjorie Castro, que llegaron con antiguos afiches y discos long plays de Menudo para hacerlos firmar. “De peladitas éramos del club de fans de Menudo y hoy no podíamos perder la oportunidad de estar cerca de ellos”, dijo Viviana.
Pero el DJ también programó temas de Michael Jackson, Madonna, Los Prisioneros, etcétera, que todos bailaron recordando pasos y coreografías.
Un poco más allá de la medianoche, los invitados más esperados llegaron con gran alboroto. Se alojaron en el área vip de Fizz. Uno a uno fueron presentados y saludaron al público prometiendo una noche de reencuentro. Las fans que estaban abajo, en la pista, gritaron y saltaron con la misma histeria de antes. Los llamaron por sus nombres, les exigieron que descendieran para abrazarlos, besarlos o para la foto del recuerdo con la cámara del celular. Pidieron que estamparan sus autógrafos sobre afiches y discos que guardarán como trofeos.
No todos bajaron a codearse con sus más aguerridas fanáticas. Pero cuando lo hicieron Charlie y Ray, de Menudo, y El Chamo Gabriel, hombres y mujeres no perdieron la oportunidad de fotografiarse con ellos.
Todo ese tira y jala mientras en el escenario la banda boricua Lunátiko 80 interpretaba piezas de rock y pop de The Police, The Cure, Hombre G, Soda Stereo. Más tarde, el DJ abrió las puertas del manicomio ochentero e hizo sonar a Menudo con su más famosa propuesta: “Súbete a mi moto,/Nunca has conocido/Un amor tan veloz./Súbete a mi moto,/Ella guardará/El secreto de dos/De los dos”. Lo de la discoteca Fizz fue un alegre viaje al pasado.
Fuente: http://www.eluniverso.com
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