Ricky Martin en Córdoba: Inmenso cabaret ambulante
Segun VOS
Ricky Martin nunca fue más Ricky Martin que ahora. Y lo quiere gritar a los cuatro vientos. Por eso, a la hora de presentar un nuevo disco con título definitivo (Música+Alma+Sexo), ha elegido revisar cómo es que llegó hasta aquí mediante un espectáculo que entretiene a la manera de un musical. Revisa su historia artística (que comprende casi todos sus casi 40 años) con cuadros temáticos que ayudan a redondear un mensaje de tolerancia y respeto. Anoche, el puertorriqueño ofreció en el Orfeo Superdomo una nueva entrega de ese show autorreferencial ante unas ocho mil personas, y dejó en claro que el despliegue coreográfico y el erotismo son los elementos que mejor cuajan con una puesta fastuosa. La música, si bien no está subestimada y es el motor que lo dispara todo, se relega a un segundo plano.
Es como si Martin se hubiera anticipado a su inminente estreno en Broadway y puesto en “on” la modalidad “musical que explique cómo fue que me convertí en popstar y cómo fui derribando prejuicios y ataduras”. Eligió tener su propio show antes que un tercero se ponga a interpretar su fenómeno de modo antojadizo. Y es así que dedica el corazón de la puesta a coreografías y homenajes al género, como en Livin’ la vida loca, con la partitura coreográfica que creó Bob Fosse para Sweet Charity.
Los elementos para narrar todo: ocho bailarines, nueve músicos integrados al protagonismo, una puesta de jaulas de varios niveles, pantallas al fondo y a los costados, el vestuario sobrio de Armani y, por sobre todos, él. Un Martin que, según la instancia del relato, puede ser el joven eléctrico que quería convertirse en estrella desde sus años de Menudo (Dime que me quieres), la popstar consumada, el disparador del crossover latino (She bangs, La Copa de la vida, Shake your bom bom) o el que, asumido homosexual, alienta de movida “amarnos, apoyarnos, respetarnos, liberarnos”. Es lo que hace a partir del primer tema, Será, será, sobre un andamio, desde el que cae espectacularmente para ser recibido por sus bailarines. La carga erótica, subestimada en el disco, se consumó aquí con el tercer tema, It’s alright, que tuvo a Ricky mostrando el pecho y a sus violeros directamente con el torso desnudo; más adelante, la cuestión se puso más kinky o sadomaso cuando el personal femenino agitó látigos en Frío y cuando una pareja cumplió con cierto ritual amoroso con los componentes enmascarados (se dio durante el mash up I am - I don’t care).
Tanto desprejuicio sólo se interrumpió con un medley melódico algo concesivo en el marco de este show narcisista y megalómano (pero con mensaje). Sucedió apenas pasado el meridiano del show, cuando se interpretan Fuego contra fuego / Te extraño, te olvido / Amor de mi vida, baladas de un pasado en el que a Ricky se le inventaban romances con chicas. A propósito, la promocionada salida del clóset del cantante no redundó en una merma de las fantasías que dispara entre el público femenino. Ricky Martin sigue siendo categóricamente hermoso, y dichoso el tal Carlos González que puede disfrutarlo.
Más o menos, ese fue el razonamiento dominante entre sus seguidoras de ahora y siempre. Claro que también hubo chicos extasiados, y sólo ellos saben si están encantados por lo subyugante del show o por su protagonista. No todo downtempo o expresión por fuera de lo eléctrico se oyó “acaramelada”. En un momento, la intensidad bajó con cajón peruano y guitarra española para versiones jugadas de María y Tu recuerdo. Lo que habitualmente se conoce como “matiz” entre tanta euforia.
A medida del rey
Ordenadas y contentas, algunas desde temprano a la mañana para estar más cerca del ídolo, las fanáticas de Ricky Martin han madurado junto con él y el desarrollo del show de ayer demostró que el tiempo acompaña la entrega de ambos lados. Ellas lo saludan con banderas, con vinchas, con gritos y flashes. Él las adora también y ayer les dedicó la apertura de la escala argentina, en el primero de los shows que dará con su gira Música+Alma+Sexo. Miranda! amenizó la espera con un set de casi una hora de canciones, de sus grandes éxitos, y un adelanto de lo que será su próximo disco, Ya lo sabía. El trío fundador ahora completado con la batera de Azafata y Gabriel Lucena en guitarra y teclado. Lentejuelas para las luces prendidas del Orfeo, para el murmullo de la ansiedad antes de Ricky, los teloneros delante de un telón inmenso que cerca de las 22 cayó a los pies del espectáculo imponente del boricua.
Detrás de escena, luz tenue, algunas velas, ambiente para meditar y estar tranquilo con su familia, fueron los únicos requerimientos de Ricky Martin para su escala en el Superdomo. Desde temprano en la tarde de ayer, más de 100 personas trabajaron en el armado del espectáculo, que ocupó 11 camiones para su traslado desde Uruguay, donde se presentó el fin de semana pasado. Ricky íntimo, convirtió los camerinos del domo cordobés en parte de su espacio personal y mantuvo absoluta reserva en el tránsito de personal y técnicos. Su mamá, su pareja y sus dos hijos, Valentín y Mateo, en el círculo íntimo que acompaña a la estrella durante el periplo del tour.
Tres veces Ricky
1. Relax, suena, con Frankie Goes To Hollywood como primera marca del espíritu del show. Ricky Martin, liberado de las cadenas en proyección gigante, monumental. Primera ovación de una noche que celebró vida y obra del rey del pop latino. “Córdoba, no tengas miedo a vivir”,
dijo en el primer saludo. “Este es el primer concierto de la gira argentina y pienso dejar mi alma en esta escena”, adelantó mientras cerraba Será, será. El show prometía todo lo que iba a cumplir.
2. Para darle oxígeno a la estrella en un show exigido en lo físico, la partitura plantea separadores donde Ricky refuerza conceptos en torno a la tolerancia y la valentía de ser uno mismo. El primero, calcado del Confessions Tour de Madonna, con un solo de baile con voz en off sobre el derrotero de un homosexual que debe enfrentar la discriminación y el maltrato verbal en la escuela y los grupos sociales primarios, con final anunciado: “Soy gay y estoy feliz. Sé tu mismo”.
3. Final de carnaval y fiesta pop, latinoamericano y con invitación al baile. Martin convida con La Copa de la vida, y en La bomba se erige en promotor turístico de Puerto Rico y nos invita a pasar las vacaciones en el malecón, en el casco histórico, en sus paisajes. Vestido de blanco para una versión reggae de Lo mejor de mi vida eres tú y el último cambio de vestuario Armani fue con jean, botas y remera con lema: You Tú=Yo Me. “Igualdad respeto y que siga la fiesta”, dice.
Música+Alma+Sexo
Es como si Martin se hubiera anticipado a su inminente estreno en Broadway y puesto en “on” la modalidad “musical que explique cómo fue que me convertí en popstar y cómo fui derribando prejuicios y ataduras”. Eligió tener su propio show antes que un tercero se ponga a interpretar su fenómeno de modo antojadizo. Y es así que dedica el corazón de la puesta a coreografías y homenajes al género, como en Livin’ la vida loca, con la partitura coreográfica que creó Bob Fosse para Sweet Charity.
Los elementos para narrar todo: ocho bailarines, nueve músicos integrados al protagonismo, una puesta de jaulas de varios niveles, pantallas al fondo y a los costados, el vestuario sobrio de Armani y, por sobre todos, él. Un Martin que, según la instancia del relato, puede ser el joven eléctrico que quería convertirse en estrella desde sus años de Menudo (Dime que me quieres), la popstar consumada, el disparador del crossover latino (She bangs, La Copa de la vida, Shake your bom bom) o el que, asumido homosexual, alienta de movida “amarnos, apoyarnos, respetarnos, liberarnos”. Es lo que hace a partir del primer tema, Será, será, sobre un andamio, desde el que cae espectacularmente para ser recibido por sus bailarines. La carga erótica, subestimada en el disco, se consumó aquí con el tercer tema, It’s alright, que tuvo a Ricky mostrando el pecho y a sus violeros directamente con el torso desnudo; más adelante, la cuestión se puso más kinky o sadomaso cuando el personal femenino agitó látigos en Frío y cuando una pareja cumplió con cierto ritual amoroso con los componentes enmascarados (se dio durante el mash up I am - I don’t care).
Tanto desprejuicio sólo se interrumpió con un medley melódico algo concesivo en el marco de este show narcisista y megalómano (pero con mensaje). Sucedió apenas pasado el meridiano del show, cuando se interpretan Fuego contra fuego / Te extraño, te olvido / Amor de mi vida, baladas de un pasado en el que a Ricky se le inventaban romances con chicas. A propósito, la promocionada salida del clóset del cantante no redundó en una merma de las fantasías que dispara entre el público femenino. Ricky Martin sigue siendo categóricamente hermoso, y dichoso el tal Carlos González que puede disfrutarlo.
Más o menos, ese fue el razonamiento dominante entre sus seguidoras de ahora y siempre. Claro que también hubo chicos extasiados, y sólo ellos saben si están encantados por lo subyugante del show o por su protagonista. No todo downtempo o expresión por fuera de lo eléctrico se oyó “acaramelada”. En un momento, la intensidad bajó con cajón peruano y guitarra española para versiones jugadas de María y Tu recuerdo. Lo que habitualmente se conoce como “matiz” entre tanta euforia.
A medida del rey
Ordenadas y contentas, algunas desde temprano a la mañana para estar más cerca del ídolo, las fanáticas de Ricky Martin han madurado junto con él y el desarrollo del show de ayer demostró que el tiempo acompaña la entrega de ambos lados. Ellas lo saludan con banderas, con vinchas, con gritos y flashes. Él las adora también y ayer les dedicó la apertura de la escala argentina, en el primero de los shows que dará con su gira Música+Alma+Sexo. Miranda! amenizó la espera con un set de casi una hora de canciones, de sus grandes éxitos, y un adelanto de lo que será su próximo disco, Ya lo sabía. El trío fundador ahora completado con la batera de Azafata y Gabriel Lucena en guitarra y teclado. Lentejuelas para las luces prendidas del Orfeo, para el murmullo de la ansiedad antes de Ricky, los teloneros delante de un telón inmenso que cerca de las 22 cayó a los pies del espectáculo imponente del boricua.
Detrás de escena, luz tenue, algunas velas, ambiente para meditar y estar tranquilo con su familia, fueron los únicos requerimientos de Ricky Martin para su escala en el Superdomo. Desde temprano en la tarde de ayer, más de 100 personas trabajaron en el armado del espectáculo, que ocupó 11 camiones para su traslado desde Uruguay, donde se presentó el fin de semana pasado. Ricky íntimo, convirtió los camerinos del domo cordobés en parte de su espacio personal y mantuvo absoluta reserva en el tránsito de personal y técnicos. Su mamá, su pareja y sus dos hijos, Valentín y Mateo, en el círculo íntimo que acompaña a la estrella durante el periplo del tour.
Tres veces Ricky
1. Relax, suena, con Frankie Goes To Hollywood como primera marca del espíritu del show. Ricky Martin, liberado de las cadenas en proyección gigante, monumental. Primera ovación de una noche que celebró vida y obra del rey del pop latino. “Córdoba, no tengas miedo a vivir”,
dijo en el primer saludo. “Este es el primer concierto de la gira argentina y pienso dejar mi alma en esta escena”, adelantó mientras cerraba Será, será. El show prometía todo lo que iba a cumplir.
2. Para darle oxígeno a la estrella en un show exigido en lo físico, la partitura plantea separadores donde Ricky refuerza conceptos en torno a la tolerancia y la valentía de ser uno mismo. El primero, calcado del Confessions Tour de Madonna, con un solo de baile con voz en off sobre el derrotero de un homosexual que debe enfrentar la discriminación y el maltrato verbal en la escuela y los grupos sociales primarios, con final anunciado: “Soy gay y estoy feliz. Sé tu mismo”.
3. Final de carnaval y fiesta pop, latinoamericano y con invitación al baile. Martin convida con La Copa de la vida, y en La bomba se erige en promotor turístico de Puerto Rico y nos invita a pasar las vacaciones en el malecón, en el casco histórico, en sus paisajes. Vestido de blanco para una versión reggae de Lo mejor de mi vida eres tú y el último cambio de vestuario Armani fue con jean, botas y remera con lema: You Tú=Yo Me. “Igualdad respeto y que siga la fiesta”, dice.
Música+Alma+Sexo
Fotos By http://negrowhite.net
Llegada al aeropuerto de Cordoba, Argentina
Video by VOS
Ricky Martin en Córdoba. eldoceblog. Canal Doce
Video by eldoceblog
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